QUE SERA DE NUESTRA TACITA DE PLATA CON TANTOS ASENTAMIENTOS, PORQUE EL PARTIDO COLORADO CUANDO ESTUVO EN EL GOBIERNO, NO REALIZO LO QUE HOY DESEA HACER, HOY TODOS TIENEN MUY BUENAS IDEAS COMO ESTA DE ESTE SEÑOR ROMAY.
La violenta cultura del asentamiento. |
Radio El Espectador; 4 de junio de 2007. | 18:00
Hace pocos días, en el quincenario Opinar se planteó otro ángulo para este análisis. “Si no tomamos las medidas adecuadas con prontitud, la cultura del asentamiento va a dominar a la otra y, entonces sí, el Estado Nación, tal como lo conocemos, va a dejar de existir... La frontera está dentro, porque el asentamiento crece más que el resto de la sociedad, en 20 años sólo por tasa vegetativa van a ser 30% de la sociedad”, dice el empresario y militante colorado Carlos Romay. Y cuando eso pase, “las rejas no van a dar abasto para proteger a unos de otros”, advierte. En tal sentido afirma que “las Fuerzas Armadas pueden realizar una gran operación interna en paz, sin balas, para sembrar un porvenir mejor”, colaborando con las políticas sociales. Señor Romay, usted tiene 55 años, es empresario y analista en estrategia. CARLOS ROMAY: Sí, hice los cursos de Análisis Estratégico en el CALEN (Centro de Altos Estudios Nacionales) en el año 2000, y fue ahí que tomé contacto con esta realidad del asentamiento, que es marginación y que la gente la confunde con pobreza. Que si bien la incluye, no es el único componente. EC - ¿Cómo lo catalogamos políticamente?
CR - Soy batllista principista.
EC - Es propietario de Canal 12 de Fray Bentos.
CR - Sí, y tengo un cable en La Paz y Las Piedras y me dedico a actividades agropecuarias y a emprendimientos inmobiliarios.
EC - Usted mismo es comunicador, tiene un programa de radio que se trasmite por varias emisoras de Río Negro (Radio Litoral, Radio San Javier, Radio Young), en Paysandú y en Difusora Soriano.
CR - Sí, aprendí periodismo siendo muy joven con un gran periodista, Sarkisian, un gran amigo, y fui el fundador de “Telenoche está de su lado” y el impulsor de llevar a la pantalla a Arellano y a Silvina Brandan.
EC - Además ha tenido y tiene participación en televisión, en el Canal 12 de Fray Bentos.
CR - Sí, tengo un programa que se llama Mano a Mano, en el que repasamos la realidad de la región todos los domingos.
EC - A partir de todos estos datos varios oyentes pueden preguntarse cuál es su relación con el grupo propietario de Montecarlo Televisión.
CR - Nada, hago portación de apellido.
EC - ¿Portación de apellido?
CR - Sí, son mis tíos, no tengo nada que ver.
EC - Pero sí hay relación entre sus empresas en Río Negro y Canal 4, por ejemplo.
CR - Ninguna, absolutamente.
EC - Pero vinculación en cuanto a contenidos, por ejemplo.
CR - Tampoco, porque si bien trasmito la Red, las vinculaciones en los informativos y demás son mayores con Canal 10 que con Canal 4.
EC - Vayamos al tema sobre el cual usted escribió. ¿Por qué desde Río Negro un dirigente colorado decide escribir sobre el problema de los asentamientos?
CR - No es sobre Río Negro, porque yo circulo bastante por todo el país, tengo campo en Salto, voy mucho a Montevideo, mis actividades me hacen estar en varios lados. Estoy radicado en Río Negro pero circulo por todo el país. El asentamiento es la nueva frontera de Uruguay, la frontera no es más la que nos enseñaban en la escuela y en el liceo, la frontera está dentro, porque el asentamiento crece más que el resto de la sociedad, hoy hay 400.000 uruguayos, que en 20 años solo por tasa vegetativa van a ser 30% de la sociedad, y todos sabemos que la segunda y la tercera generaciones del asentamiento tienen una escala de valores diferentes de la del resto de la sociedad. Yo considero a todos los hombres y mujeres como hermanos, no voy a ponerme a decir que somos mejores ni peores, pero no podría cometer la hipocresía de decir que tenemos los mismos valores porque no los tenemos.
EC - Por eso usted habla de “una cultura del asentamiento”.
CR - Exactamente, hay una cultura que es diferente de la otra, con componentes que la hacen más agresiva, que la hacen tener una escala totalmente diferente, que van por otro andarivel.
EC - Usted se preocupa por hacer una diferenciación entre los asentamientos y un fenómeno anterior, el de los cantegriles de los años cincuenta y sesenta.
CR - No tienen nada que ver, el cantegril del 58 era un problema de inserción social y de pobreza, de falta de trabajo. Hoy el asentamiento va girando, va teniendo su lógica propia, su cultura propia y se va transformando en una civilización dentro de otra.
EC - ¿Algunos elementos que caracterizan esa civilización o esa cultura del asentamiento?
CR - Cuando vemos que un niño de 12 años le pega un tiro a una quiosquera para llevarse unos chiclets, cuando vemos que para robar una bicicleta uno toma una acción de violencia tremenda, significa que su escala de valores está alterada. Y la pasta base reina dentro del asentamiento como moneda fuerte.
EC - ¿Otros elementos que usted considere para plantear un análisis? Su análisis es muy preocupado.
CR - Es un análisis estratégico en el cual tomo los valores, las fortalezas y las amenazas y propongo un camino. No me siento el dueño de la verdad, posiblemente muchas personas tengan ideas mejores que el camino que planteo, sería bueno que aparezcan ideas mejores. Pero de hacer solo diagnóstico el país está harto, hay que hacer el diagnóstico y dar una solución. En el asentamiento la expectativa educativa, que fue la gran herramienta de la reforma vareliana, que hizo que este país tuviera movilidad en su escala social (por eso fui batllista), es decir que el portero de una empresa podía transformarse en el presidente de la compañía o que un guardia civil fuera presidente de la República, como fue el caso de Tomás Berreta, hoy no existe, es tercero de escuela.
EC - Cuando le preguntaba por qué un dirigente colorado decide escribir sobre el problema de los asentamientos…
CR - ¿Y por qué no, si para los colorados preocuparnos por los problemas sociales es parte de nuestra esencia?
EC - Apuntaba a algo que ha venido en algunas preguntas de los oyentes. Los asentamientos han tenido una fuerte explosión durante los gobiernos de los partidos tradicionales, en particular durante gobiernos colorados, como el segundo gobierno de Sanguinetti o el gobierno de Jorge Batlle.
CR - Parecería que el Partido Colorado es el creador de las crisis económicas internacionales que absorbimos. Es un análisis muy frívolo, el mejor gobierno que pueda tener Uruguay de acá en delante será el que logre las cifras macro y micro que tenía el país en el 98, que eran ejemplo en el mundo. Por ejemplo, había más cantidad de techos propios que en el propio Estados Unidos.
EC - Usted dice en su artículo: “Cuando los habitantes de los asentamientos superen el 30% de la población, una cultura chocará con la otra, la cultura más fuerte y agresiva predominará sobre la otra”.
CR - Claro, y puede hacer una comparación (no tiene nada que ver pero podemos comparar) con los choques de civilizaciones de Huntington, de unos con otros. Acá hay una cultura que es diferente de la otra, y la única solución no es dinero, es educación y enseñar valores.
EC - ¿Qué es lo que usted teme de ese choque de culturas o de que una cultura se imponga sobre la otra?
CR - Las rejas no van a dar abasto para proteger a unos de otros.
EC - ¿Tiene la impresión de que la que puede llegar a triunfar es la cultura del asentamiento?
CR - A lo largo de la historia siempre la más violenta ha triunfado sobre la otra.
EC - ¿Qué dice si alguien le comenta que su pronóstico es un poco tremendista?
CR - Que me dé alguna solución para que no haya, por ejemplo, 12.000 niñas menores de 15 años embarazadas, que van a producir 12.000 excluidos en un asentamiento. Esa es la cifra de hoy en Montevideo y alrededores. Quiero uruguayos integrados que tengan las mismas oportunidades que los que no están en asentamientos. Porque al que está en el asentamiento es responsabilidad nuestra darle oportunidades y sacarlo de allí.
EC - Vamos a la propuesta que usted maneja en el artículo. Habla de recurrir a las Fuerzas Armadas.
CR - Las Fuerzas Armadas pertenecen a la Nación, son de todos, representan al conjunto de la sociedad y han demostrado una brillante gestión en el exterior. Al haber cursado el CALEN y haber interactuado con militares, contadores, economistas, analistas de sistemas, gente de los diversos partidos políticos (el año que yo estuve había blancos, colorados, gente del Frente Amplio, del MPP, de todos lados, todos interactuamos correctamente y eso me hizo sentir un Uruguay posible dentro de la diversidad de ideas), vi que el Ejército, la Marina y la Fuerza Aérea tienen gente que entiende mucho de esto, de organización, de enseñanza de valores, y sobre todo gente que conoce el problema porque muchos miembros de las Fuerzas Armadas están viviendo en asentamientos, entonces conocen la problemática. Sería una buena manera, así como hacemos misiones de paz para ayudar a otros a la distancia, inspirados en lo que en 1914 proponía don José Batlle y Ordóñez, hacer instrucción militar para jóvenes (que fue mal interpretado en la época por Celestino Mibelli), que explicó muy bien en sus cartas en El Día. Se puede enseñar valores y las Fuerzas Armadas pueden realizar una gran operación interna en paz, sin balas, para sembrar un porvenir mejor.
EC - Implícitamente usted parece discrepar con lo que el Plan de Emergencia está haciendo en los asentamientos. Su nota termina diciendo “proponemos que las Fuerzas Armadas sean el brazo ejecutor de un verdadero, eficaz y serio plan de emergencia social”.
CR - Yo propongo que en vez de repartir dádivas se enseñen valores y oficios y se den libertades intelectuales a esos jóvenes. Mientras no los eduquemos y terminen en tercero de escuela, por más que les demos una asistencia económica para salir del paso, no se va a arreglar nada. Esto es una solución a largo plazo. No estoy en contra de los planes de la ministra Arismendi ni de los planes de este gobierno, al contrario, todos tenemos que tirar del carro en el mismo sentido, pero hacen falta políticas de Estado en las cuales participen todos los partidos políticos, empresarios y sindicalistas.
EC - ¿Podemos conocer un poco más a fondo en qué está pensando? ¿Cómo concibe a las Fuerzas Armadas interactuando con la población de los asentamientos?
CR - Es literalmente ocuparlos.
EC - ¿Ocuparlos…?
CR - Sí, sí, ocuparlos en paz. No estamos hablando de acciones bélicas, que nadie confunda chicha con limonada. Se trata de una ocupación pacífica para que los jóvenes vuelvan a la escuela (porque la gran mayoría la abandona en tercero, enseñar valores), de insertarlos en el deporte, que es la manera de alejarlos de la droga, y que quienes vayan a brindar educación y demás tengan la protección, llamémosle, para poder actuar de una manera ordenada por parte de quienes están entrenados para eso, que son nuestros oficiales, que pertenecen a la sociedad en general.
EC - Pero la educación, en particular, ¿a cargo de quién estaría?
CR - De los medios de enseñanza, pero hace falta quien ponga orden y dé las garantías y la infraestructura necesaria, los militares tienen para eso una buena capacitación. Hay un general retirado que se llama Galarza que conoce mucho de asentamientos, pueden hablar con él algún día.
EC - ¿Usted habla de que se siga trabajando con las escuelas y los liceos convencionales pero apoyados en infraestructura, en alguna forma de custodia por las Fuerzas Armadas?
CR - Hay que enseñarles valores para que tengan los mismos que el resto de la sociedad, primer punto. Y en segundo lugar hay que dar una infraestructura para que eso funcione, hoy no está funcionando, porque no basta con poner una policlínica, con regularizar las calles, con que roben luz, con que hagan esto o lo otro, hay que insertarlos en nuestra sociedad, darles las mismas oportunidades que tiene el resto de la sociedad. Porque, si no, cuando la tercera y la cuarta generaciones salgan a actuar de acuerdo con sus escalas de valores las rejas no van a dar para tener encerrado al resto de la sociedad.
EC - Usted dice que la educación, por ejemplo en las escuelas y los liceos, no necesariamente puede cumplirse.
CR - ¿Cómo se cumple si no van? Le pregunto.
EC - ¿Cuál sería la fórmula para que fueran? ¿Cómo harían las Fuerzas Armadas para que los alumnos fueran a clase?
CR - En una misión de paz se hace un padrón social de las manzanas, de los lugares donde se interactúa y allí hay una manera muy simple: por ejemplo, los que no actúan no tendrán los beneficios que les puede dar un Ministerio de Bienestar Social, la familia de los que no asistan a clase no tendrá el beneficio que le corresponde. Las herramientas son múltiples, pero hay que echarle mano al tema. Usted decía cuando en la presentación que es un tema grave, y estamos a diez o quince años de que 30% de la población esté en esa realidad, porque van a ser 650.000 en los años 2020.
EC – 2018, Y usted dice que se discute poco...
CR - Se reduce a ponerles agua y policlínicas, y esto no se arregla con plata, se arregla con educación. Una educación muy especial, porque hay que poner esos chicos a hacer deportes, la pasta base no puede ser la moneda fuerte del lugar. Hay gente que quiere salir y hay gente a la que usted va a buscar para darle oportunidades pero el conjunto la chupa para que no salga.
EC - A partir de los ejemplos que usted ha dado saco la conclusión de que está pensando en una especie de gran refuerzo al Plan de Emergencia. El Plan de Emergencia que se está llevando a cabo, entre otras cosas, tiene debilidades en materia de recursos humanos, no hay suficiente personal para llevarlo a cabo.
CR - No estoy contra el Plan de Emergencia, estoy contra algún concepto, entregar algo a cambio de nada genera sociedades que se van descomponiendo. Lo que se entregue tiene que tener una contrapartida. Y ni siquiera pretendo trabajo, pretendo que las familias que tienen algún beneficio garanticen que sus jóvenes estudien, porque si no estudian no tienen futuro.
EC - Y a través de la presencia en los asentamientos de efectivos de las Fuerzas Armadas eso podría controlarse efectivamente, cuando quizás con los medios humanos con que hoy se cuenta no se puede controlar.
CR - Exactamente, no se controla. A su vez hay gente en las Fuerzas Armadas con la suficiente sensibilidad para hacerlo porque tiene personal subalterno viviendo allí. Hay todo un componente que hay que empezar a estudiar para, a partir del diagnóstico, encontrar los caminos para que tenga un mayor apoyo. Pero no estoy hablando de este Plan de Emergencia, estoy hablando de un plan general dedicado específicamente al asentamiento, que es una cosa más compleja. Tenemos que partir de que hay que hacer inversión, y no hay mejor inversión que la prevención, porque después salir a perseguir gente y a llenar cárceles a nadie le sirve. Lo que menos nos sirve es tener uruguayos diferentes, eso es una afrenta al batllismo y a cualquier uruguayo bien nacido, no importa de qué partido político sea. No podemos tener ciudadanos que tengan opciones de progreso y ciudadanos que ya sabemos que están condenados, porque ¿qué futuro pueden tener la segunda y la tercera generaciones de los asentamientos con una expectativa educativa de tercero de escuela? Es muy simple: ninguno.
EC - Usted dice que para los asentamientos se precisa algo diferente o más complejo que el actual Plan de Emergencia.
CR - Sin duda, una cosa específica para eso, que no tiene nada que ver con el Plan de Emergencia actual.
EC - Entre otras cosas, porque aquí hay que impartir valores. ¿En qué piensa concretamente?
CR - Tenemos que impartirles los valores que compartimos usted y yo como uruguayos, lo que queremos como sociedad. El responsable no es el chico que tiene hoy 10 u 11 años y es segunda o tercera generación, somos todos responsables de lo que allí pasa. Tenemos que recuperar a quien entra al asentamiento, tiene que compartir eso de lo que los uruguayos nos sentimos orgullosos. Pretendo que haya respeto por las instituciones, que haya respeto por el profesor, pretendo que volvamos a una sociedad con movilidad en su escala social por los méritos y esfuerzos de cada uno, esas oportunidades se las tenemos que dar a todos. Pero quien hoy está marginado no tiene oportunidades, eso está clarísimo.
EC - ¿La presencia de las Fuerzas Armadas también permitiría custodiar los locales de enseñanza, que tantas veces son objeto de robos? ¿En eso también está pensando?
CR - Estoy pensando en nuevos locales que tienen las Fuerzas Armadas, incluso para insertar a los jóvenes allí para que dediquen un tiempo al deporte, mente sana en cuerpo sano, para alejarlos de otras actividades, para insertarlos en la era de la computación. Esto que voy a decir va a chocar, pero tiene que chocar para que la gente piense un poco y le llegue: la presencia tiene que ser coercitiva, no por la fuerza sino porque usted tiene que dar un aliciente. Esta familia no va a tener tales beneficios si sus miembros no están en un programa de estudios que nos garantice que vamos a tener uruguayos cada vez más iguales a los otros. La tasa de crecimiento de los asentamientos es de 19% anual, entonces voy a tener una tasa de 19% de excluidos, voy a tener un muy mal país, y no lo quiero tener, quiero tener uruguayos todos iguales en las oportunidades. Después, por supuesto, cada cual con sus méritos y capacidades se irá diferenciando. Creo en la individualidad pero las oportunidades tienen que ser iguales para todos y hoy no lo son.
EC - Ha quedado expuesto, no con todos sus detalles, pero ha quedado conocido por dónde va su planteo y por qué usted piensa en las Fuerzas Armadas para llevar adelante este plan de emergencia especial destinado a los asentamientos.
CR - Las Fuerzas Armadas uruguayas han demostrado (las Naciones Unidas lo han dicho una y varias veces) su adaptabilidad, su muy buen manejo con núcleos sociales muy diferentes. Y yo me pregunto, entonces: ¿qué mejor manejo pueden hacer que en nuestro propio país, generando una gran actividad para la paz, una gran integración? Ellas mismas tienen el problema en su seno, entonces son las indicadas para llevarlo adelante, porque allí habrá que hacer una fuerte inversión. A su vez tenemos la garantía de que esas Fuerzas Armadas son de todos porque pertenecen a la sociedad en un corte transversal.
EC - Entendido todo eso, me gustaría saber cómo analiza ese divorcio que de hecho sigue existiendo en la sociedad uruguaya con respecto a las Fuerzas Armadas.
CR - ¿No le parece un buen camino para limarlo?
EC - Esa es una manera de verlo, admito que esa puede ser una lectura. La otra es: va a ser muy difícil, va a ser muy complicado lograr que un mecanismo como este se aplique porque hay resistencias serias, como está quedando de manifiesto en estas últimas semanas a partir del planteo del presidente de la República para conmemorar el “Día del Nunca Más”.
CR - Sí, hoy casualmente el presidente va a explicar cómo es el “Nunca Más”.
EC - Hace pocos días, pocas semanas, desde el propio oficialismo el diputado Víctor Semproni y otros legisladores de izquierda propusieron implantar el servicio militar obligatorio y generaron una gigantesca ola de indignación.
CR - Sí, y también recuerdo cuando el senador Eleuterio Fernández Huidobro dijo que para él estaba todo laudado con lo del 89, hablando de otro tema similar.
EC - La iniciativa de Semproni generó rechazo en los partidos tradicionales, en el propio oficialismo, y terminó muriendo.
CR - Yo tengo un íntimo amigo de la infancia que es senador del MPP, que es Jorge Saravia, que fue el promotor de esa idea antes que Semproni.
EC - Y usted sabe cómo le fue a esa idea.
CR - No le fue muy bien. Usted dijo que es muy difícil lo de las Fuerzas Armadas.
EC - Tengo la impresión de que puede ser difícil, por eso estamos discutiéndolo.
CR - Antes de comenzar a hablar de esto, felicito al programa por el profesionalismo, tuve dos conversaciones ayer preparatorias de esta charla y realmente hablar con gente que se prepara para tratar los temas con la seriedad con que lo hacen ustedes le hace un bien muy grande a la sociedad en general, porque una cosa son comunicadores serios y otra son opinadotes, hay una gran diferencia. Lo de ustedes es una comunicación seria y sana, lo felicito de corazón.
En 1904, después de la revuelta del 4, cuando fallece Saravia y el país comenzaba un nuevo camino, también era muy difícil pensar que se fueran a reconciliar unos y otros, pero la reconciliación ocurrió y tuvimos un país que fue ejemplo en América y el mundo. Yo me pregunto: por más difícil que sea, ¿no podemos volver a una reconciliación que nos ponga en ese plano? Estoy convencido de que sí. Como colorado quiero que esa reconciliación la haga un colorado, pero si la hace Tabaré Vázquez la voy a aplaudir con las dos manos porque no soy un caprichoso.
EC - Le paso algunos comentarios más que han llegado desde la audiencia. Por ejemplo: ¿por qué los partidos tradicionales no aplicaron un mecanismo como este cuando fueron gobierno?
CR - No sé, mi propuesta es de ahora, y reitero que no me siento el dueño de la verdad. Muy posiblemente alguien tenga una solución mejor, yo creo que a cada diagnóstico hay que hacerle una propuesta, y a eso me voy a dedicar en el Partido Colorado de hoy mientras esté actuando. Lo que le voy a decir no es para escudarme en nada porque mi vida no es de escudarme sino de jugarme por lo que pienso. Pero tengo una enfermedad Terminal, un cáncer terminal al que le doy la mejor pelea que puedo y tomé como opción de vida, mientras esté, trabajar por los que no están, es decir por las generaciones que no vendrán. En ese programa que se llama “El río corre” sembramos la idea de que la era agrícola-ganadera ya fue, es 4% de la economía del mundo, la era industrial también fue, es 30%, y todo el resto está en la tecnología, en la información y en el conocimiento, que están al alcance de la mano. Ahí es donde viene esa verdadera evolución que tenemos que hacer los uruguayos. Creo en eso y voy a trabajar en eso hasta el último día.
EC - Un oyente hace un elogio al planteo, dice “como frenteamplista valoro la iniciativa, alguien tiene que hacer algo”, pero otros oyentes hacen notar que el Plan de Emergencia, que usted ha dicho que no se adapta a los asentamientos, en realidad es bastante más que el suministro de una partida de dinero por mes, tiene distintos componentes y usted estaría ignorando eso.
CR - Conozco todos los componentes, tengo un amigo (el único que tiene un millón de amigos es este hombre que canta en Brasil, los que tienen más amigos que los dedos de la mano andan equivocados por el mundo) que es un hombre a quien a veces no se le da el valor que tiene, pero es el que más conoce de asentamientos, se llama Juan Pedro Rivas. Lo camina al asentamiento, porque al asentamiento hay que caminarlo para conocerlo, no es cuestión de opinar. El asentamiento tiene su cultura propia y, por más que respeto mucho el esfuerzo que está haciendo el gobierno en eso, mientras no me garanticen que el tercero de escuela no es el fin, que 25% llega a los 15 años y abandona todo, no podemos salir de ese tema. El tema necesita soluciones específicas y particulares. Le voy a dar mi visión para que vea que me juego por lo que digo. No es un problema de partidos políticos, ¿sabe por qué se habla poco del tema?, porque en general se le tiene miedo.
EC - Después de que usted hizo este planteo, ¿ha tenido algún tipo de respuesta en el gobierno? ¿Con quién lo ha conversado?
CR - Lo converso a diario con muchos senadores, con muchos ministros amigos, tanto de este gobierno como con blancos y colorados que frecuento habitualmente. Mano a mano todos entienden pero no veo que eso después se traduzca en hechos.
EC - En particular, ¿ha discutido con el Ministerio de Desarrollo Social?
CR - Ahí no tengo mayores vinculaciones, pero sí con gente del MPP con la que me reúno habitualmente, por amistad, como le decía con Saravia, con gente del Partido Colorado ni que hablar. Se podrá imaginar que un batllista principista realizador de utopías no puede dejar esto de costado. Y no me siento el dueño de la verdad, hice una propuesta y espero que otro haga una mejor.
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